Mi primer encuentro en 2019 con «Medusa» (Gian Lorenzo Bernini, 1640), me condujo a reinterpretar este mito clásico, obteniendo como resultado un conjunto iconográfico donde diferentes mujeres prometéicas, híbridas y abyectas, transitan a través del tiempo danzando entre serpientes.
Asimismo, propongo una lectura positiva de la figura de la serpiente, como sucede en otras culturas. Sabiduría, fortaleza, curación… y una fabulosa capacidad de renovación, que se materializa específicamente en la muda de su piel para deshacerse de parásitos y reparar las heridas. Idea que he querido reforzar a partir de unos intersticios dorados en el lienzo que, emulando la técnica centenaria japonesa del ‘kintsugi’, hablan de la luz interior que emana de las cicatrices, como símbolo de recuperación frente a las adversidades y errores. Junto a las Gorgonas y a las serpientes, presento también una serie de girasoles, que remiten de forma directa a la obra de Vincent van Gogh. En mis trabajos, los girasoles referencian el cambio y la esperanza en el futuro y, al mismo tiempo, la propia necesidad de resistencia frente a un contexto cultural, político y social, que castiga con crueldad lo distinto, lo independiente, lo rebelde; lo no domesticable.
Mediante estos trabajos he iniciado un proceso de investigación, al mismo tiempo conceptual y pictórico, en el que reinterpreto de forma personal el mito de Medusa, mucho mas allá de la mitología antigua. Me introduzco en las fronteras, en tierra de nadie, y exploro los espacios vacíos entre mitología, tradición pictórica occidental y cultura contemporánea.
Marta Blasco. Abril, 2022